2007/11/23

10 - La Verdad (y II)

"Tú pasaste a ser un objetivo más, representabas un peligro en potencia que debía ser eliminado. Sólo que aún no eras una amenaza inminente. Seguramente ellos no cuentan con que te ocurra nada antes de la próxima luna llena. Lo que ha pasado esta noche, ha sido fruto de la falta de experiencia, por suerte para ti." -Al recordar esta parte de la historia, Diana volvió a sentir la misma presión que sintió en sus ojos cuando la escuchó por primera vez. Quería llorar, lo necesitaba. Pero en lugar de hacerlo, tragó saliva, tal y como hizo anteriormente.- "Sé lo que te preguntas, no sabes ni lo que te ha pasado, ni quiénes son ellos, pero a partir de ahora vas a tenerlos siempre muy presentes, si es que quieres sobrevivir.

Esta noche has experimentado el primero de una serie de cambios. La manifestación de este primer cambio ha sido muy precipitado en relación con como lo experimentan los demás normalmente. Vas a sufrir una metamorfosis en cuerpo y alma, vas a empezar a sentir tu entorno con una profundidad que nunca antes has podido siquiera imaginar, y vas a poderte liberar de los lazos que te atan al mundo que conoces ahora a voluntad..."

"¡Yo no he pedido nada de esto!" -Recordó como interrumpió levantándose, con los ojos húmedos que trataban de retener la cascada de lágrimas que tanto deseaba soltar. - "¿Qué se supone que debo hacer, creerme y aceptar lo que ha pasado sin rechistar? ¡Tenía que haber llamado a la policía en cuanto desperté!"

En aquel momento, Diana se había callado, le enmudeció la severa expresión de la mujer. Los músculos de la cara de ésta se tensaron como si estuviera reteniendo rabia de lo más profundo de su ser. Rabia que se reflejaba en sus ojos ahora entornados, que se clavaban en Diana de tal forma que casi sentía como si la estuviera atravesando, llegando a lo más hondo de su alma.

"Esto ha pasado así, no hay marcha atrás. La policía no habría hecho nada, porque para cuando llegaran, ellos ya habrían llegado, recogido y limpiado todo. Y tú estarías muerta. Así que siéntate y déjame terminar." -Diana se había sentado casi involuntariamente.- "Ellos son tus enemigos, nuestros enemigos. Vas a tener que aceptarlo, si no, lo acabarás aprendiendo por las malas." -Había dicho endureciendo más aún la mirada.- "Nos persiguen, nos cazan, su misión es exterminarnos, y nunca se detendrán, a no ser que haciéndolo consigan un éxito mayor en su objetivo a largo plazo. Lo llevan haciendo desde el principio de la existencia. Son Los Arrasadores. Y ese colgante que has cogido es su emblema."

Diana recordó otra vez el colgante, después de que lo mencionara, se lo había liado a la muñeca a modo de pulsera en aquel momento. Ahora seguía en su muñeca. Lo cogió y lo puso sobre la mesa.

La luz de los primeros rayos de la mañana empezaron a atravesar los ventanales del salón, reflejándose en el colgante, deslumbrando levemente a Diana.

"Ahora, si quieres preguntarme algo, hazlo" -Había dicho con dureza. "De momento quiero saber qué ha pasado esta noche y si van a empezar a perseguirme a mí ahora." -Había preguntado Diana.

"De momento no es probable que sepan a ciencia cierta lo que ha ocurrido esta noche." -Había contestado.- "Considerarán que ha sido un encuentro fortuito entre ese novato y un extraviado. Es la suerte que has tenido, la escoria con la que te has encontrado no tenía experiencia y se ha confiado al encontrarte. No ha avisado a sus compañeros, actuando por su cuenta y lo ha pagado con su vida. Su sistema esta noche ha sido drogarte para poder manipularte fácilmente. Más aún teniendo en cuenta que pensaba que quedaba tiempo para que desarrollaras alguna habilidad. Pero como ya he dicho antes, has sabido defenderte sin ser consciente de lo que ocurría..."

"Sí, y eso no es normal..."-Había dicho Diana-"Me quiero ir a casa."

"Puedes irte cuando quieras, si necesitas contactar conmigo, llama a este número" -La mujer le había pasado un papel con un número de teléfono.- Pregunta por Kaia."

2007/11/20

9 - La Verdad (I)

Volver a casa fue para Diana algo totalmente automatizado. La cantidad de información que había conocido aquella noche fue más difícil de asimilar. Fue un camino largo, pero en su cabeza no había lugar para la noción del tiempo. Lo que fueron dos horas caminando, le parecieron minutos. Lo único que ocupaba sus pensamientos era lo ocurrido durante aquella noche.

Nada más llegar a casa fue a la cocina. Se dio cuenta de lo nerviosa que estaba al coger un vaso, que tintineó al chocar con los de alrededor debido a su tembloroso pulso. Llenó el vaso con agua intentando derramar lo mínimo posible y lo metió en el microondas. Marcó el tiempo y sacó una bolsita de uno de los armarios para hacerse una infusión.

"Debes empezar a ser consciente de los cambios que han ocurrido y van a ocurrir en tu vida" - Las palabras de la mujer se repetían. -"No voy a decirte quién soy, pero tampoco es vital que lo sepas. Sé que tienes muchas preguntas, pero antes de responderte a lo que quieras saber, te voy a contar lo que tienes que saber."

El microondas sonó avisando de haber terminado de calentar el agua. Sacó el vaso humeante algo más tranquila y sumergió la bolsita. Se sentó a la mesa del salón y contempló cómo el agua se iba tiñendo de color oscuro.

"Esta noche has sobrevivido gracias a esa herida que tienes en la mano" -Diana recordó el momento en el que le dijo aquello y no dejó que la interrumpiera.- "Sí, piensas que no tiene sentido, pero a partir de ahora pocas cosas de las que te diga van a tener sentido para ti."

Diana dio un sorbo cerrando los ojos, sabía amargo, pero eso en ese momento no era algo que le importara demasiado.

"Lo que ha pasado esta noche habría sido tu muerte de no haber sido por el regalo que te hice con esa herida. Ten por seguro que estarías muerta." -La mujer había guardado un breve silencio, como si estuviera terminando de ordenar sus pensamientos en su cabeza.- "El día que llegué al hospital había sido herida por ellos, los compañeros del hombre que te ha atacado esta noche. De no haber sido porque mi encuentro con ellos aquel día fue en el centro de la ciudad, nadie habría llamado a la policía ni me hubieran llevado al hospital. Me salvó el que me sacaran aquellas balas especiales. Malditas balas" -La voz le tembló como si un escalofrío le recorriera la espalda sólo por recordarlo-. "Afortunadamente ninguna alcanzó a mi hijo, hubiera sido su fin, pero a ellos tampoco les convenía que él muriera. Cuando llegué al hospital, estaba inconsciente, pero cuando tú llegaste a mi lado, me despertó tu presencia. En aquel momento sentí que debías ser tú, tú eras la siguiente, la que habíamos estado buscando."

Diana dio otro sorbo.- "La siguiente..." -Pensó.

"En el fondo también sabes que eres tú. Percibes cosas, sueñas cosas, seguramente desde hace tiempo, pero ultimamente con más frecuencia. Por eso te preocupaste por mi bebé cuando morí." -Diana no pudo evitar asentir tal y como hizo cuando escuchó aquello.- "Realmente morí. Pero tuve ayuda. Me localizaron nuestros hermanos que me sacaron de allí para que no quedara duda de mi fallecimiento y no volvieran a buscarme... Pero al ir a buscar a mi hijo, esos traidores se adelantaron,"- La mujer bajó la cabeza, como el primer signo de debilidad que conseguía apreciar en ella. -"y ahora ellos lo tienen..."- Se pasó una mano por la cara y volvió a mirar a Diana. -"Parece ser que fue entonces cuando te encontraron a ti."