2008/04/29

15 - El Callejón

No necesitó mediar más palabras, debía verlo con sus ojos. Su hermano, un novato que acaba de empezar a cazar en solitario, el único hermano de sangre que tenía yacía degollado sobre una fría camilla. Cuatro velas encendidas marcaban las esquinas, pronto le presentarían sus respetos, pero él no esperaría a ver aquello. Salió de la habitación, del edificio como una fuerza imparable.

Caminar bajo la lluvia siempre había agudizado en él sus sentidos, despertando sus instintos más primarios.

Ver a su hermano en el estado en el que quedó, le hizo dirigirse guiado por una fuerza sobrenatural hacia aquel callejón. Su cara inmóvil en esa mueca mortal se dibujaba en las gotas de lluvia delante de él a medida que avanzaba. Parecía hablarle indicándole dónde dirigirse.

El callejón estaba limpio. No podía ser de otra forma, sus secretos llevaban ocultos siglos. No dejaban cabos sueltos. Así trabajaban, nunca dejaban pistas. Axel tampoco las necesitaba, su propio hermano le diría lo que necesitaba saber.

Cerró lo ojos. Un olor a sangre empezó a formar imágenes en la oscuridad. Sobre el negro de su mente se dibujaban los sucesos de la noche anterior. Vió a su hermano pasando a su lado, cargando con una mujer inconsciente, dirigiéndose al fondo. La sujetaba contra la pared por el cuello e iba a darle el golpe de gracia cuando la mujer se revolvió. Luchaba por librarse del brazo de su ejecutor ridículamente, ya que era obvio que él le superaba físicamente y ella estaba semiinconsciente.

Parecía que volvía a caer inconsciente de nuevo cuando un brillo familiar se reflejó en los nublados ojos de la mujer. Su transformación fue escalofriante. Cambió parcialmente de forma, sus rasgos se arrugaron en una expresión de amenaza animal. Retrajo sus labios mostrando unos lucientes dientes afilados, acompañándolos de un gruñido mezcla de miedo y rabia. Debió verlo venir. Él lo hubiera visto. Pero su hermano no. Como de la nada, surgió una garra a medio camino entre lo animal y lo humano, una mano agarrotada con unas afiladas uñas retráctiles lanzada a la desesperada atravesó el cuello de su captor seccionando en apenas una milésima de segundo lo que encontraba a su paso. No necesitaba ver más. Aquello le era suficiente.

"No hay enemigo pequeño" - pensó Axel, era lo que le había enseñado la experiencia a lo largo del combate, a lo largo de su vida. - "Se confió, ese imbécil se confió".

A partir de este momento a Axel empezó a dominarle un sólo deseo, venganza.

4 comentarios:

OBiGuanZ dijo...

Wujuuu, empieza a subir la espuma xDD
Animo que por ahi esta la chicha xD

Anónimo dijo...

Sí, señorita. La espera ha merecido la pena. Esto se está poniendo realmente interesante...

Willy Galleta dijo...

Va a haber pelea. :P
Suena bien.

Anónimo dijo...

^^Yo sigo esperando la siguiente! (Sé que no soy el más indicado para hablar xDD) Ánimo hermanita ^^