2007/11/20

9 - La Verdad (I)

Volver a casa fue para Diana algo totalmente automatizado. La cantidad de información que había conocido aquella noche fue más difícil de asimilar. Fue un camino largo, pero en su cabeza no había lugar para la noción del tiempo. Lo que fueron dos horas caminando, le parecieron minutos. Lo único que ocupaba sus pensamientos era lo ocurrido durante aquella noche.

Nada más llegar a casa fue a la cocina. Se dio cuenta de lo nerviosa que estaba al coger un vaso, que tintineó al chocar con los de alrededor debido a su tembloroso pulso. Llenó el vaso con agua intentando derramar lo mínimo posible y lo metió en el microondas. Marcó el tiempo y sacó una bolsita de uno de los armarios para hacerse una infusión.

"Debes empezar a ser consciente de los cambios que han ocurrido y van a ocurrir en tu vida" - Las palabras de la mujer se repetían. -"No voy a decirte quién soy, pero tampoco es vital que lo sepas. Sé que tienes muchas preguntas, pero antes de responderte a lo que quieras saber, te voy a contar lo que tienes que saber."

El microondas sonó avisando de haber terminado de calentar el agua. Sacó el vaso humeante algo más tranquila y sumergió la bolsita. Se sentó a la mesa del salón y contempló cómo el agua se iba tiñendo de color oscuro.

"Esta noche has sobrevivido gracias a esa herida que tienes en la mano" -Diana recordó el momento en el que le dijo aquello y no dejó que la interrumpiera.- "Sí, piensas que no tiene sentido, pero a partir de ahora pocas cosas de las que te diga van a tener sentido para ti."

Diana dio un sorbo cerrando los ojos, sabía amargo, pero eso en ese momento no era algo que le importara demasiado.

"Lo que ha pasado esta noche habría sido tu muerte de no haber sido por el regalo que te hice con esa herida. Ten por seguro que estarías muerta." -La mujer había guardado un breve silencio, como si estuviera terminando de ordenar sus pensamientos en su cabeza.- "El día que llegué al hospital había sido herida por ellos, los compañeros del hombre que te ha atacado esta noche. De no haber sido porque mi encuentro con ellos aquel día fue en el centro de la ciudad, nadie habría llamado a la policía ni me hubieran llevado al hospital. Me salvó el que me sacaran aquellas balas especiales. Malditas balas" -La voz le tembló como si un escalofrío le recorriera la espalda sólo por recordarlo-. "Afortunadamente ninguna alcanzó a mi hijo, hubiera sido su fin, pero a ellos tampoco les convenía que él muriera. Cuando llegué al hospital, estaba inconsciente, pero cuando tú llegaste a mi lado, me despertó tu presencia. En aquel momento sentí que debías ser tú, tú eras la siguiente, la que habíamos estado buscando."

Diana dio otro sorbo.- "La siguiente..." -Pensó.

"En el fondo también sabes que eres tú. Percibes cosas, sueñas cosas, seguramente desde hace tiempo, pero ultimamente con más frecuencia. Por eso te preocupaste por mi bebé cuando morí." -Diana no pudo evitar asentir tal y como hizo cuando escuchó aquello.- "Realmente morí. Pero tuve ayuda. Me localizaron nuestros hermanos que me sacaron de allí para que no quedara duda de mi fallecimiento y no volvieran a buscarme... Pero al ir a buscar a mi hijo, esos traidores se adelantaron,"- La mujer bajó la cabeza, como el primer signo de debilidad que conseguía apreciar en ella. -"y ahora ellos lo tienen..."- Se pasó una mano por la cara y volvió a mirar a Diana. -"Parece ser que fue entonces cuando te encontraron a ti."

3 comentarios:

OBiGuanZ dijo...

Jur Jur... más más :P

Anónimo dijo...

Pero q crack q eres.
Y esos ellos son unos hijos de vellos.

Anónimo dijo...

No tardes en continuar! Cada vez está más interesante!